Nuestro modelo educativo está diseñado con base en la integración de los ideales y valores que hacen distintiva a la Universidad, con los principios de las teorías de aprendizaje constructivista y centrado en el estudiante. De ahí, que nuestro quehacer educativo se fundamente en los siguientes cuatro ejes:
La enseñanza en nuestra institución está guiada por experiencias de aprendizaje que preparan al estudiante a resolver problemas de la vida real. En ese sentido, el proceso enseñanza aprendizaje esta orientado por paradigmas constructivistas y centrados en el estudiante. Las clases son activas, incorporando estudios de caso y enseñanza por proyectos, colaborativas, y multidisciplinarias. Las evaluaciones son auténticas, minimizando el uso de exámenes de conocimiento y opción múltiple y favoreciendo trabajos y proyectos que fomenten el uso de pensamiento complejo, aplicación, análisis, síntesis y evaluación.
Nuestros programas educativos están diseñados para promover el pensamiento crítico, el cuestionamiento y la búsqueda de conocimiento de forma científica y sistemática. Los temarios cubren temas controversiales y se exhorta a los estudiantes a cuestionar, discutir e investigar. A considerar la diversidad de puntos de vista y a utilizar evidencia para sustentar sus argumentos. Nuestras metodologías permiten y fomentan este cuestionamiento y discusión que son la base del desarrollo del pensamiento critico, la innovación y la creatividad.
Una de las bases de la excelencia académica es la del desarrollo de las competencias del estudiante como aprendiz de por vida: Aprender a Aprender. En el siglo XXI, existe muchísima más información fácilmente disponible que la que se puede cubrir en cualquier clase, temario o libro. El aprendizaje significativo requiere, por lo tanto, que el estudiante se vuelva agente activo en su propia educación, mientras que el docente se convierte en un facilitador que apoya al estudiante en esta exploración y conocimiento. Más aun, los avances tecnológicos permiten que el aprendizaje salga de las limitaciones de las cuatro paredes del salón de clase y los horarios establecidos, a un mundo virtual y globalizado. Es por ello que en la Universidad ORT México favorecemos modelos híbridos, semi-presenciales en los que el alumno se vuelve responsable y es agente de su aprendizaje, combinando la educación presencial con un profesor-facilitador, con el trabajo individual y colaborativo a través de medios electrónicos y a distancia.
En las palabras de Richard Shaull, “No existe tal cosa como un proceso de educación neutral. La educación funciona ya sea como un instrumento a través del cual se facilita la integración de las generaciones en la lógica del presente sistema y lleva a su aceptación o se convierte en “la práctica de la libertad”, el medio por el cual hombres y mujeres tratan críticamente con la realidad y descubren cómo participar en la transformación de su mundo” (2000, p. 34). En la UORT nosotros vemos a la educación como un medio para la transformación positiva de la sociedad, a través del desarrollo de las herramientas que nuestros futuros graduados necesitan para participar de manera profesional y efectiva en las organizaciones de la sociedad civil. Este objetivo guía todo nuestro quehacer educativo, desde la selección y diseño de programas, hasta las metodologías didácticas y evaluaciones de nuestros estudiantes.